lunes, 29 de julio de 2013

Había una vez 30

Había una vez una cajita de rencores de la cual en la casa nadie hablaba. La cajita la abrían en muy especiales momentos para alimentar cualquier torpe diferencia y así es que vivía tan desdichada cajita, de la energía negativa de sus habitantes. Pero se fueron algunos y nacieron otros nuevos que fueron creciendo y una tarde ventosa de juegos e inocencia, de un certero pelotazo tiraron la cajita al suelo y el limpio viento que justo por allí pasaba trajo consigo la felicidad del olvido.

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