Había una vez 4
había una vez mucho sueño que no sabía donde depositarse. Buscaba un lugar tranquilo y silencioso, libre de preocupaciones y presiones, pero no lo hallaba. Tensas las ideas corrían de un lado para el otro, mientras la meditación llamaba y llamaba, sin respuesta al 911. Cada minuto, cada segundo caía como un bloque sobre los desesperados hombros haciendo temblequear a la inestable cabeza. Y ocurrió lo esperado, juntó fuerzas, tomó energía y se levantó a preparar un mate.
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