martes, 20 de agosto de 2013

Había una vez 49

Había una vez una cantina y club de bochas El Retiro. Un lugar de encuentro para aquellos jubilados que lo sentían mejor que su propia casa. Entre naipes grasientos, los vasos de vidrio todos distintos sostenían medidas de caña, a veces grappa. Las anécdotas y las cuentas solían terminar en un olvido cuando la soledad allí era menos sola. Pero por más cariñosas y despacio corrieran esas bochas rayadas y lisas sobre la dura superficie, al cabo de los días, algunos ya no volverían.

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