viernes, 13 de septiembre de 2013

Ya no hay 3

Cada mañana entro a revisar 
si aún estoy vivo.

Mis dedos revisan uno a uno 
los bordes de las fotografías, 
el doblez de las cartas no escritas,
las frases de memoria, tan leídas.

Espero en el silencio
que algo me diga que aún existo:
si las marcas de almohada en la piel ida,
o la espuma del café jamás bebido,
tal vez una realidad que nunca da la cara.

Cada tarde reviso y busco lo mismo.
Pero por las noches antes de dormirme,
pienso que quizás mañana
sea todo tan distinto.

No hay comentarios: