jueves, 19 de septiembre de 2013

Ya no hay 8

un eco lento y solitario, 
siento en el camino 
pesado de mis pasos

en las arcas de una galería,
percibo motas de blanca cal 
suspendida en el haz de luz 

levanto del marchito suelo, 
una lluvia de párpados ácidos 
y un racimo de ojos, ya sin flor 

protejo la vista del ya
no hay, pero el infinito
me atrapa ilusiones y castidad.


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