jueves, 23 de abril de 2015

agua

Uno se acostumbra a casi todo. Antes tomaba agua de pozo
porque no llegaba la corriente. luego nos llegó fruto de una buena inversión y por suerte me aflojó la formación de cálculos renales. Pero ahora ya no puedo beberla, el sabor y olor infumable del cloro es como si tragara agua de una piscina, además del riesgo de estar envenandome con residuos pesticidas. Así es que termino calentando el agua para el mate con botellas de mineral supuestamente controladas.
Y... son lujos que uno se da con al edad.

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